martes, 16 de septiembre de 2008

"No me quiero ir"

Hola de nuevo. Ya sé que llevo algunos días sin publicar absolutamente nada, así que pido mil disculpas por ello, espero no faltar tanto la próxima vez.
En fin, desde el miércoles pasado han ocurrido unas cuantas cosas, no muchas y tampoco muy interesantes exceptuando las que voy a tratar de resumir aquí hoy.
El jueves pasado día 11 se podría haber titulado "Desayuno con mocos". Para empezar N llegaba tarde y cuando lo hizo ya traía el pañuelo en la mano, sorbiendo mocos y con la naricilla roja como un tomate. Y no sólo eso, estaba aferrada a la madre de tal manera que era imposible que la pobre mujer la pusiera en el suelo.
- Ponte en el suelo N - le decía, y la niña a grito pelado respondía...
- ¡¡¡¡¡Noooooooo, no quierooooo!!!!!
Y yo mientras tratando de convencerla que iba a ser como el día anterior: mami iba a casa un momento y luego iba a buscarla. Ni con esas. Pero claro está, yo no podía dejar que mami entrara al cole, N no quería entrar y se agarraba a mami como si fuera una lapa y la única opción que me quedaba fue mirar a la madre y decirle...
- Lo siento mucho pero tenemos que hacerlo ahora o si no va a ser peor cada vez.
Y acto seguido cogí a la niña y casi literalmente se la tuve que arrancar a la madre de los brazos, no por la madre, sino por la chiquilla. Se me tiró al suelo y tuve que hacer de tripas corazón, cogerla de nuevo y meterla en el cole. Fue de las cosas más difíciles que he tenido que hacer como maestra. Es muy duro mirar a una madre que tiene los ojos bañados en lágrimas, pedirle perdón por lo que iba a hacer y encima quitarle a su hija de sus brazos (entre gritos y patadas de la susodicha, por supuesto). Pero luego, ya en el cole, aquí es dónde me sirvió la experiencia de 6 sobrinos: la senté conmigo, la acurruqué y le canté muy suavito la canción de Miliki "Un barquito de cáscara de nuez". A todas estas inmagínense el panorama: mami llorando, N llorando y gritando y el resto de la clase callados y con los ojos como platos, hasta ellos se relajaron con la canción. Hasta yo me relajé.
En fin, pasados unos minutillos les empecé a poner trabajo al resto, eso sí, desde el sitio de N porque aún no me podía levantar, la pobrecilla mía casi se saca la nariz y los ojos de tanto restregón. Y gracias que estaba el profesor de P.T. quién me ayudó un montón con los grandes mientras yo le daba algo de mimo a N.
Poco a poco fue cediendo a sentarse más derecha, a sentarse en la silla, previa mentirijilla y medio verdad que me dolía la pierna porque la tenía dormida, hasta que conseguí que pintara un dibujito. Y así se fue el día.
Viernes 12 de septiembre. N era puntual pero venía nuevamente con el pañuelo en la mano y los ojos aguados. Cuando la vi llegar la saludé muy contenta y le dije:
- Yo voy a entrar tu mochila y tu le vas dando un besito a mami que viene luego a buscarte.
Primero dijo que no pero luego, viendo que no le quedaba otra cuando le ofrecí los brazos para cogerla, dio un suspiro, le dio un beso a mami y se vino conmigo sin oponer resistencia.
La mañana pasaba entre las fichas que le preparé para trabajar pegando bolitas de papel de seda y pintando "sin salirse de la línea". A la hora del recreo se tomó su jugo entre risas y fiestas, sí risas y bromas que yo le hacía y ella seguía. Y cuando terminó de desayunar se fue a jugar con Y y A a la "ventita" a comprar y vender cosas.
Cuando terminó el recreo le dije:
- N, vamos a recoger para ir a buscar a mami.
Me mira, frunce el ceño y me dice:
- No, yo estoy jugando con ella.
Ahora era yo la de los ojos como platos. ¡No me lo podía creer: quería quedarse! Inmediatamente salí, le dije a mami que N no quería salir y ella misma también se sorprendió mucho. Le ofrecí acercarse a la puerta y que la viera, porque era digna de ver, habla que te habla con todo el mundo y jugando tan tranquila, nadie habría dicho que el día anterior estaba llorando a moco tendido
Y pasó el fin de semana. Llegó el lunes y N ya tenía otra cara. Ya no lloraba, se despidió de mami muy tranquila y se sentó en su mesa dispuesta a trabajar. Pintamos, pegamos papeles y jugamos con la plasti. Y así hemos estado hasta hoy, que la única diferencia ha sido que ya no la tengo que coger en brazos para que entre, sino que entra por su propio pie.
Poco a poco se acostumbra a estar con el resto de compañeros, juega con ellos y le gusta estar con ellos. Poco a poco va aceptando a los demás profes, eso sí, no me puedo ausentar mucho porque aún se agobia un poco y por último, poco a poco se va adaptando. Así que creo que lo he conseguido y creo que tan mal no lo he hecho. El truco está en decir la verdad y ser coherente lo que haces con lo que dices.
Ahora mi problema es otro: ¿cuáles son los pasos a seguir para educación infantil? No sé si les he contado que soy especialista en inglés y que de buenas a primeras me convertí en directora, secretaria, maestra de primaria, especialista de infantil y como no, seguir siendo especialista en inglés. En fin, no me queda nada, horas de lectura de currículos de infantil, programar inglés, conocimiento, lengua, matemáticas y plástica y, "como éramos pocos parió mi abuela" aprender lo que todos sabemos por instinto pero que muy pocos conocemos a ciencia cierta, y encima marcada por ley. A sí que si alguien me echa una manita y me dice los pasos a seguir en infantil de 3 años... estaré muuuuuuy agradecida.
Y con esto y sin mocos.....

2 comentarios:

Unknown dijo...

¡Muxas felicidades! Ya que el primer paso para un niñ@de infantil es dejar de llorar para entrar al cole y entender que no se van a quedar allí, sino que mami o papi vienen después. ¡Lo has conseguido! y tú solita. Consejitos de una maestra a otra:
1.- Siempre dile la verdad y cuando le digas algo tanto bueno como malo, cumplelo porque sino se te acabo el chollo, te quitas autoridad.
2.- Truco para tranquilizarla- contarle un cuento (ya lo has usado). Te aconsejo que también participen los de la clase, contándoselo o dramatizándolo para ella, como una actividad.
3.- Ayudate de los demás niños para trabajar los valores y hábitos con ella, es decir tú ya eres grande porque vienes al cole, todos están sentados o trabajando porque son grandes ¿Y tú?. Les motiva un montón sentir que son grandes y que tú lo crees.
4.- Trabaja con ella la psicomotricidad fina y gruesa, les encantan los legos y el rincón de la casita, donde trabajan los roles.
5.- Y por último, pero no menos importante, juega con ella dile burradas, les gusta y lo más bonito dale siempre cariño que al final tú serás su diosa. Porque los profes de tres años terminan según los niños teniendo más razón que los padres.
Sigue así, tú puedes. ¡ÁNIMO!

MYRIAM

Minerva dijo...

Gracias Myriam!!! Ya mi instinto me decía algo de lo que me has aconsejado pero siempre está bien que un especialista te de la palmadita en la espalda y te diga "¡Lo estás haciendo bien chavala!" Así que gracias por tu comentario y tu apoyo.