miércoles, 11 de febrero de 2009

En clase de plástica

Hola a todos.
Pues en este nuevo año, 2009 claro está, me he propuesto enseñarles a los niños algo diferente en la clase de plástica. Es que es un poco monótono lo de los libros de plástica y en ciertas ocasiones algunos ejercicios son muy complicados si no se les dedica el tiempo correspondiente. Total, este año les voy a enseñar la plástica funcional: usar las reglas para hacer líneas rectas y así saber que existen, usar el compás correctamente sin que salgan elipses en vez de circunferencias, usar láminas de dibujo y, si los planetas no se alinean en mi contra, intentar hacer algún que otro dibujo artístico (sólo yo me meto en estos berejenales, ya lo sé).
Pues bien, a lo que iba. El otro día, explicándoles de dónde salían los colores, por qué se formaba el arco iris y todo eso de colores primarios, secundarios, complementarios, etc, pues me enrollé de tal manera que les pregunté por qué el mar era azul y no rosa, por ejemplo. Dijeron de todo: desde que el agua era azul hasta que era por las algas y los peces. Pero eso no fue lo que me sorprendió. Lo que me dejó patinando fue la respuesta de R (les recuerdo que es un niño con un trastorno general del desarrollo, que le cuesta mucho hablar en voz alta y decir lo que piensa, pero con una memoria fotográfica y retentiva rozando lo prodigioso):
- ¿Nadie sabe por qué el mar es azul? - pregunté por enésima vez.
- Porque el cielo se refleja en él - fue la respuesta de R.
Así mismo me quedé yo: los ojos como platos. Por cierto, cierren la boca que seguro la tienen abierta. Pues bien, después de felicitarle por su respuesta y, obviamente, recuperarme de la sorpresa (más que nada porque habló alto y claro) me tocó explicarles a todos el tema de la reflexión de la luz. Y ahí fue donde se me queda la cara de boba y pensando "¿Cómo les explico yo a estos niños lo que es la reflexión si primero me lo tengo que empollar yo?" Fácil:
- El mar hace como espejo del cielo y enseña el mismo color que tiene el cielo. Pero no se preocupen que cuando sean mayores lo entenderán.
¡¡Sí señor!! Eso es echar balones a otro y lo demás es bobería. Pero al fin y al cabo es verdad. Cuando sean más grandes lo entenderán.
Y con esto y los colores...

1 comentario:

Unknown dijo...

Genial esa respuesta... todavía hay veces que tenemos mucho que aprender de los niños...